Arquetipos
La Mujer en la Comunicación Visual
Arquetipos Femeninos *
Steven Heller y Véronique Vienne
El litógrafo y pintor francés Jules Chéret inventó uno de los primeros arquetipos comerciales femeninos a finales del siglo XIX.
Era una
vivaracha chica parisina con un escote vertiginoso y una impresionante y voluptuosa figura. Su silueta en movimiento, captada en pleno giro, se colgó en todos los muros de la capital francesa para anunciar clubes nocturnos, producciones teatrales, carreras de caballos y espectáculos de cabaré, pero también licores, perfumes y cosméticos.
Las Chérettes, la imagen de la alegría vital, era el retrato típico de la casquivana frivolidad del fin de siecle que precedió al nacimiento de las vanguardias. Retratadas haciendo expresivos gestos con las manos y con la parte superior del cuerpo relajada, las jóvenes mostraban el tipo de confianza en sí mismas que pronto se asociaría con la liberación de la mujer. Aunque tenían un aspecto sensual, su atractivo erótico estaba cuidadosamente disimulado para no interferir con el mensaje comercial. Para finales de los años treinta, Coca Cola perfeccionó el género, presentando alegres ilustraciones en color de seductoras amas de casa. Atractivas pero nunca subidas de tono, estas felices amas de casa no eran tan provocativas como las explosivas mujeres de Alberto Vargas, similares a las que adornaban también los aviones militares durante la segunda guerra mundial y en la guerra de Corea. Hacia mediados de la década de los cuarenta, las recatadas féminas de Coca Cola fueron reemplazadas por bellezas playeras más coquetas que bebían de la icónica botella. El término pin-up se acuñó en 1941 para describir el modo en el que a los hombres jóvenes les gustaba exhibir estas imágenes glamurosas de chicas ligeritas de ropa. Sin embargo, una de las pin-ups más populares del momento no era una belleza clásica. Rosie, La remachadora, retratada en una pintura de Norman Rockwell, apareció en la portada del Saturday Evening Post el 29 de mayo de 1943. Era una figura alegórica que representaba a los once millones de mujeres americanas que trabajaban en fábricas durante la segunda guerra mundial y aparecía comiéndose un bocadillo en su hora del almuerzo. Retratada como una joven robusta vestida con ropas de faena, estaba sentada en una postura grácil que resultaba tan atractiva como la de cualquier sensual tigresa. También ella miraba el mundo a sus pies, y su actitud positiva evidenciaba el poder de su feminidad. A medida que la fotografía fue sustituyendo a la ilustración, las pin-ups de acuarela fueron transformándose en retratos cuidadosamente retocados de estrellas cinematográficas, que ocupaban las portadas en los cincuenta. Las conejitas de Playboy y las chicas Bond no se quedaban muy atrás. Hoy, las actrices y figuras televisivas de todo el mundo venden productos con tanto abandono como las Chérettes hace un siglo. Pero se introducen nuevos arquetipos femeninos: algunos provocativos, como el personaje manga Rei Ayanami, otros engañosamente recatados, como la modelo parcialmente desvestida y enmascarada que adornaba en 2002 una cubierta de BEople. * Tomado de HELLER, Steven y VIENNE, Véronique, 100 Ideas que cambiaron el Diseño Gráfico, Editorial Blume, Barcelona 2012. |
Folies-Bergère, La Loïe Fuller (1892), cartel que promocionaba un espectáculo de cabaré en París. Ésta fue una de las muchas imágenes de este tipo realizadas por el famoso cartelista francés Jules Chéret, a quien le gustaba representar a las mujeres como figuras en pleno giro.
Rei
Ayanami (1995), personaje de ficción creado por Hedeaki Anno y
dibujado por Yoshiyuki Sadamoto para la
serie de televisión
Evangelion, fue
adaptado como un personaje manga femenino con una figura atractiva pero una personalidad enigmática.
BEople
Nº4 (2002), bajo la
dirección artística de Base Design en Bruselas, fue una efímera revista de moda en la que aparecían modelos en poses poco tradicionales en un intento por inventar una nueva forma de seducción.
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