Diseño y Cultura
1. El Diseño y los Cambios en los Medios de Producción
Los efectos gráficos de la producción industrial y los medios masivos de comunicación*
Johanna Drucker y Emily McVarish
6. Los efectos gráficos de la producción industrial
1800-1850 (p.139)
La industrialización reconfiguró las prácticas intrínsecas a cada área de la cultura europea y la estadounidense, incluido el diseño gráfico. En 1800, todavía se imprimía con mecanismos de madera similares a los que había utilizado Gutemberg. Se pasaba la tinta hoja por hoja, y cada una se retiraba a mano. La invención de la impresión tipográfica de hierro fundido, alrededor de 1803, permitió imprimir en hojas de mayor tamaño y con más presión, lo que dio como resultado una reproducción más eficaz de las imágenes.
Las primeras máquinas de fabricación de papel aumentaron su producción, y la rapidez y la eficiencia que se lograba a partir del grabado con punzón y la fundición de tipos móviles a máquina dieron lugar a una gran cantidad de tipografías de exhibición. Los métodos de medición industrial permitieron la confección de puntos tipográficos de mayor tamaño y en una amplia gama de diseños.
Para la década de 1820, la máquina de vapor, las prensas de hierro y el grabado en madera a contrafibra, permitieron una gran producción de semanarios ilustrados para el consumo público. Los editores, con espíritu emprendedor y cierta inclinación democrática, promocionaban materiales impresos educativos y de entretenimiento a precios económicos, dirigidos a un espectro de la población cada vez mayor. El nivel de alfabetización iba en aumento, dada la necesidad de una mano de obra que pudiese leer, escribir y calcular, y con el impulso de una ideología que promovía la autosuperación.
La litografía introdujo una nueva flexibilidad en la producción de imágenes, mientras que la fotografía aportó nuevos códigos de realismo. La cultura de masas floreció gracias a las condiciones industriales de producción y distribución: las imágenes circulaban con mayor facilidad, el campo publicitario creció y el diseño de tipos recibió un gran estímulo. Las tradiciones folclóricas y populares convivieron con las nuevas formas culturales, dentro de las cuales la producción centralizada de los medios de impresión tuvo un papel principal. Los artistas de la composición y diagramación llevaban a cabo las tareas de diseño en el campo de la impresión. Sus aportes a la industria publicitaria y a la industria editorial comenzaron a resultar familiares a los ojos contemporáneos.
p.157
Los efectos gráficos de la producción de medios masivos incluyeron cambios tanto en la tecnología de la imprenta y la industria de la publicación como en el impacto sobre el aspecto y los tipos de los materiales disponibles para los consumidores. El siglo XIX comenzó con una impresión todavía artesanal que abastecía principalmente a las clases pudientes Se trababa de una época en la cual el consumo y el abastecimiento de muchos productos aún se manejaba a nivel local. El traslado de materia prima y productos solo era posible en barco o en carreta. Sin embargo, para mediados de siglo, el hierro y el vapor se combinaron para producir formas nuevas y poderosas de producción y transporte.
El aumento en la producción y la distribución de mercancías, a su vez, llevó al surgimiento de una nueva industria de la publicidad que respondía las necesidades de los fabricantes de competir en grandes mercados. La nueva movilidad de los trabajadores cambió el espacio urbano y conformó una población ávida de educación y entretenimiento. La cultura de medios masivos había quedado establecida.
Las imágenes impresas crearon un público para las noticias dentro de una estructura social cambiante, pero ese público también contribuyó a ese cambio, regulando y cuestionando las nociones de clase y estatus. Empezaron a surgir los debates críticos sobre el rol de los medios masivos en la cultura moderna, al tiempo que se hablaba sobre el peligro que representaba la lectura de novelas o las virtudes de estar informado.
Estos debates apenas habían empezado. En la segunda mitad del siglo XIX, la invención del acero y de la electricidad dio lugar al surgimiento de nuevas capacidades de producción que, una vez más, alterarían la estructura y los sistemas de la vida moderna.
7. Los medios masivos de comunicación
De 1850 a la década de 1900 (p. 161)
En las últimas décadas del siglo XIX, eran cada vez más frecuentes las revistas profesionales y los avisos de servicios gráficos. Las habilidades gráficas comenzaron a valorarse por cómo captaban la atención de los lectores en un entorno visualmente saturado. Junto con el aumento del volumen de la producción, se produjo una expansión del rango funcional de los materiales que se imprimían. Los impresos efímeros -boletos, programas, cheques, recibos y cronogramas, entre otros- contribuyeron con las transacciones de la vida cotidiana. Pronto el papel impreso medió en tantos aspectos de la existencia moderna que se naturalizó por completo.
La publicidad creció, al tiempo que aumentó la fabricación de productos masivos y se desarrollaron estrategias de marketing. La fotografía y la cromolitografía cambiaron el aspecto de las imágenes impresas, mientras que los métodos automatizados para la fundición y la composición tipográfica incrementaron la velocidad y el volumen de la producción de textos. Los artistas gráficos que trabajaban en el campo comercial se vieron frente a cuestiones éticas relacionadas con la verdad de la información y la publicidad.
El paisaje urbano estaba cubierto de pósteres y carteles. Los diarios y periódicos eran bienes básicos con un mercado propio, pero también constituían un espacio para la publicidad. Se pusieron de modas las revistas de circulación masiva, como The Atlantic Monthly, Ladies Home Journal y Harper’s Bazaar, y la imaginería popular empezó a competir con las bellas artes para conseguir el interés del público. Los ilustradores desarrollaron carreras de alto perfil, con una gran popularidad, y los artistas ya establecidos comenzaron a aceptar trabajos en el área comercial.
pág. 179
Las producciones con alta visibilidad y creatividad sumaron sus propias notas a la cacofonía de voces gráficas de kioscos y puestos de diarios y revistas, estaciones de trenes, almacenes y salas de lectura a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Los debates cívicos sobre el control del espacio público ponían de manifiesto la preocupación por la influencia de los medios gráficos en creciente expansión. Pero hubo tensiones más profundas alrededor del impacto de la producción industrial en general, y también en torno a los fines del arte en relación con la industria.
La identidad de los campos vinculados con el diseño moderno se construiría en las muchas formas sociales y estéticas que adquirieron las reacciones ante la industria. Para el diseño gráfico, se habían sentado las bases de una identidad profesional clara, gracias a la mayor especialización de las tareas de la imprenta y al surgimiento de la publicidad como servicio independiente de alto valor. El material impreso nunca volvería a tener un derecho tan exclusivo sobre su papel mediático en las respuestas a la vida contemporánea como lo tuvo en las últimas décadas del siglo XIX. Pero las respuestas estéticas a la producción en masa, y el movimiento moderno que se desarrolló a partir de ellas, serían garantía de que el campo incipiente del diseño gráfico no estaría limitado a ningún medio y de que tendría un rol aún más crítico en los conflictos y alianzas culturales que definirían el siglo XX.
Tomado de:
* DRUCKER, Johanna y MCVARISH, Emily. Una historia del diseño gráfico de la prehistoria hasta el siglo XXI. Buenos Aires: Editorial Ampersand, 2021.
1800-1850 (p.139)
- La industrialización de la producción impresa amplió tanto el lenguaje gráfico como el tipográfico.
- El uso de imágenes impresas con fines promocionales contribuyó a la gestación de los mercados masivos de una nueva cultura visual.
- Las publicaciones sirvieron para mediar valores sociales entre los lectores de distintas clases sociales. Esto fue el resultado del incremento de la alfabetización en la clase trabajadora, cuya movilidad social era cada vez mayor.
- La litografía y la fotografía cambiaron los códigos estéticos y conceptuales del lenguaje visual, y las imágenes impresas pasaron a tener una función práctica y social en el mundo de la educación, el entretenimiento, la política y la ciencia.
- Los medio gráficos de producción masiva se convirtieron en objetos de consumo en sí mismos, y la división entre el arte publicitario y las bellas artes definió el estatus del diseño gráfico en la cultura visual moderna.
La industrialización reconfiguró las prácticas intrínsecas a cada área de la cultura europea y la estadounidense, incluido el diseño gráfico. En 1800, todavía se imprimía con mecanismos de madera similares a los que había utilizado Gutemberg. Se pasaba la tinta hoja por hoja, y cada una se retiraba a mano. La invención de la impresión tipográfica de hierro fundido, alrededor de 1803, permitió imprimir en hojas de mayor tamaño y con más presión, lo que dio como resultado una reproducción más eficaz de las imágenes.
Las primeras máquinas de fabricación de papel aumentaron su producción, y la rapidez y la eficiencia que se lograba a partir del grabado con punzón y la fundición de tipos móviles a máquina dieron lugar a una gran cantidad de tipografías de exhibición. Los métodos de medición industrial permitieron la confección de puntos tipográficos de mayor tamaño y en una amplia gama de diseños.
Para la década de 1820, la máquina de vapor, las prensas de hierro y el grabado en madera a contrafibra, permitieron una gran producción de semanarios ilustrados para el consumo público. Los editores, con espíritu emprendedor y cierta inclinación democrática, promocionaban materiales impresos educativos y de entretenimiento a precios económicos, dirigidos a un espectro de la población cada vez mayor. El nivel de alfabetización iba en aumento, dada la necesidad de una mano de obra que pudiese leer, escribir y calcular, y con el impulso de una ideología que promovía la autosuperación.
La litografía introdujo una nueva flexibilidad en la producción de imágenes, mientras que la fotografía aportó nuevos códigos de realismo. La cultura de masas floreció gracias a las condiciones industriales de producción y distribución: las imágenes circulaban con mayor facilidad, el campo publicitario creció y el diseño de tipos recibió un gran estímulo. Las tradiciones folclóricas y populares convivieron con las nuevas formas culturales, dentro de las cuales la producción centralizada de los medios de impresión tuvo un papel principal. Los artistas de la composición y diagramación llevaban a cabo las tareas de diseño en el campo de la impresión. Sus aportes a la industria publicitaria y a la industria editorial comenzaron a resultar familiares a los ojos contemporáneos.
p.157
Los efectos gráficos de la producción de medios masivos incluyeron cambios tanto en la tecnología de la imprenta y la industria de la publicación como en el impacto sobre el aspecto y los tipos de los materiales disponibles para los consumidores. El siglo XIX comenzó con una impresión todavía artesanal que abastecía principalmente a las clases pudientes Se trababa de una época en la cual el consumo y el abastecimiento de muchos productos aún se manejaba a nivel local. El traslado de materia prima y productos solo era posible en barco o en carreta. Sin embargo, para mediados de siglo, el hierro y el vapor se combinaron para producir formas nuevas y poderosas de producción y transporte.
El aumento en la producción y la distribución de mercancías, a su vez, llevó al surgimiento de una nueva industria de la publicidad que respondía las necesidades de los fabricantes de competir en grandes mercados. La nueva movilidad de los trabajadores cambió el espacio urbano y conformó una población ávida de educación y entretenimiento. La cultura de medios masivos había quedado establecida.
Las imágenes impresas crearon un público para las noticias dentro de una estructura social cambiante, pero ese público también contribuyó a ese cambio, regulando y cuestionando las nociones de clase y estatus. Empezaron a surgir los debates críticos sobre el rol de los medios masivos en la cultura moderna, al tiempo que se hablaba sobre el peligro que representaba la lectura de novelas o las virtudes de estar informado.
Estos debates apenas habían empezado. En la segunda mitad del siglo XIX, la invención del acero y de la electricidad dio lugar al surgimiento de nuevas capacidades de producción que, una vez más, alterarían la estructura y los sistemas de la vida moderna.
7. Los medios masivos de comunicación
De 1850 a la década de 1900 (p. 161)
- En este período, el volumen y la variedad de los medios impresos escalaron de forma notable gracias a que la tecnología de la imprenta amplió el rango de tipografías, imágenes y métodos de producción disponibles para el diseño gráfico.
- La demanda de servicios gráficos y de las habilidades relacionadas aumentó, al tiempo que en el competitivo entorno de los negocios comenzó a entenderse el valor específico de lo que esos servicios aportaban.
- Los artistas publicitarios se vieron frente a nuevos desafíos éticos, dado que realizaban interpretaciones gráficas de la información en una creciente red de medios compuesta por el telégrafo, el periodismo, la publicidad, el discurso político y la comunicación privada.
- El arte gráfico fue centro del debate sobre el control del espacio de exposición pública y la censura de imágenes visuales; en ocasiones, esto era motivo de enfrentamiento entre los intereses comerciales y los de los grupos cívicos.
En las últimas décadas del siglo XIX, eran cada vez más frecuentes las revistas profesionales y los avisos de servicios gráficos. Las habilidades gráficas comenzaron a valorarse por cómo captaban la atención de los lectores en un entorno visualmente saturado. Junto con el aumento del volumen de la producción, se produjo una expansión del rango funcional de los materiales que se imprimían. Los impresos efímeros -boletos, programas, cheques, recibos y cronogramas, entre otros- contribuyeron con las transacciones de la vida cotidiana. Pronto el papel impreso medió en tantos aspectos de la existencia moderna que se naturalizó por completo.
La publicidad creció, al tiempo que aumentó la fabricación de productos masivos y se desarrollaron estrategias de marketing. La fotografía y la cromolitografía cambiaron el aspecto de las imágenes impresas, mientras que los métodos automatizados para la fundición y la composición tipográfica incrementaron la velocidad y el volumen de la producción de textos. Los artistas gráficos que trabajaban en el campo comercial se vieron frente a cuestiones éticas relacionadas con la verdad de la información y la publicidad.
El paisaje urbano estaba cubierto de pósteres y carteles. Los diarios y periódicos eran bienes básicos con un mercado propio, pero también constituían un espacio para la publicidad. Se pusieron de modas las revistas de circulación masiva, como The Atlantic Monthly, Ladies Home Journal y Harper’s Bazaar, y la imaginería popular empezó a competir con las bellas artes para conseguir el interés del público. Los ilustradores desarrollaron carreras de alto perfil, con una gran popularidad, y los artistas ya establecidos comenzaron a aceptar trabajos en el área comercial.
pág. 179
Las producciones con alta visibilidad y creatividad sumaron sus propias notas a la cacofonía de voces gráficas de kioscos y puestos de diarios y revistas, estaciones de trenes, almacenes y salas de lectura a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Los debates cívicos sobre el control del espacio público ponían de manifiesto la preocupación por la influencia de los medios gráficos en creciente expansión. Pero hubo tensiones más profundas alrededor del impacto de la producción industrial en general, y también en torno a los fines del arte en relación con la industria.
La identidad de los campos vinculados con el diseño moderno se construiría en las muchas formas sociales y estéticas que adquirieron las reacciones ante la industria. Para el diseño gráfico, se habían sentado las bases de una identidad profesional clara, gracias a la mayor especialización de las tareas de la imprenta y al surgimiento de la publicidad como servicio independiente de alto valor. El material impreso nunca volvería a tener un derecho tan exclusivo sobre su papel mediático en las respuestas a la vida contemporánea como lo tuvo en las últimas décadas del siglo XIX. Pero las respuestas estéticas a la producción en masa, y el movimiento moderno que se desarrolló a partir de ellas, serían garantía de que el campo incipiente del diseño gráfico no estaría limitado a ningún medio y de que tendría un rol aún más crítico en los conflictos y alianzas culturales que definirían el siglo XX.
Tomado de:
* DRUCKER, Johanna y MCVARISH, Emily. Una historia del diseño gráfico de la prehistoria hasta el siglo XXI. Buenos Aires: Editorial Ampersand, 2021.