Historia del Diseño Gráfico
  • Diseño y Cultura
    • 1. Hasta Arts & Crafts
    • 2. Impresionismo y Art Nouveau
    • 3. De 1900 a Dada
    • 4. Del Art Decó al Surrealismo
    • 5. El Funcionalismo
    • 6. Posguerra hasta el Pop
    • 7. Hasta el siglo XXI
    • Otras temáticas >
      • Historia de la Publicidad y el Branding
      • Arquetipos Femeninos
      • Helvetica, El Documental
      • Historia del Cartel
      • Cultura y Tecnología
  • La Escritura
    • 1. Hasta la Invención de la Imprenta
    • 2. Historia de la Impresión
    • La Impresión hoy >
      • RGB - CMYK - Directos
      • Impresión Analógica
      • La Serigrafía
      • Impresión Digital
      • Ingeniería de Papel
  • Movimientos
    • Del Art Nouveau al Art Deco
    • La Abstracción
    • El Futurismo Italiano
    • El Dadaísmo
    • El Constructivismo Ruso
    • La Bauhaus y el Diseño Gráfico
    • El Funcionalismo
    • El Art Deco
    • Modernidad versus Posmodernidad
  • Diseño en Ecuador
  • Contacto

El Futurismo Italiano*
Jeremy Aynsley


El movimiento futurista se anunció al mundo en un manifiesto fundacional, publicado en el periódico francés Le Figaro el 20 de febrero de 1909. Once puntos de acción convocaban a los jóvenes artistas a rechazar el enfoque museístico de la cultura del pasado y a abrazar la tecnología moderna, la velocidad, la máquina y la guerra: «Un coche rugiente que parece ir sobre metralla es más hermoso que la Victoria de Samotracia».

El líder del movimiento fue el escritor y poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti. Entre los artistas visuales asociados con el futurismo se encontraban Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Giacomo Balla y Gino Severini. En la pintura, por la que el movimiento es más conocido, los futuristas se centraron en temas urbanos, que representaron a través de formas fragmentadas y facetadas que recordaban al cubismo. Lo que más distinguía a estas obras era la preocupación por representar la velocidad y la simultaneidad a través de líneas de fuerza, motivos repetidos y la inclusión de elementos tipográficos, todos ellos emblemas de un mundo frenético de publicidad, cafés y estaciones de tren.

Los manifiestos de Marinetti se planearon como parte de un programa cultural provocador. Organizó eventos futuristas en las principales ciudades europeas entre 1910 a 1914, cuando recitales de poesía y música acompañaban las exposiciones de artes visuales. Como dejó claro en el manifiesto «Destrucción de la sintaxis» de 1913, la palabra escrita e impresa eran fundamentales para el futurismo: «Inicio una revolución tipográfica dirigida contra la idea bestial y nauseabunda del libro de verso pasadista y dannunziano, en papel hecho a mano del siglo XVII, adornado con yelmos, Minervas, Apolos, elaboradas iniciales rojas, vegetales, cintas mitológicas de misal, epígrafes y números romanos. El libro debe ser la expresión futurista de nuestro pensamiento futurista. No solo eso. Mi revolución está dirigida contra la llamada armonía tipográfica de la página, que va en contra del flujo y reflujo, los saltos y estallidos del estilo que recorren la página.»

Más adelante en el mismo manifiesto, Marinetti proclamó: «En la misma página, por lo tanto, utilizaremos tres o cuatro colores de tinta, o incluso veinte tipos de letra diferentes si es necesario. Por ejemplo: cursiva para una serie de sensaciones rápidas similares, negrita para las onomatopeyas violentas, etc. Con esta revolución tipográfica y esta variedad multicolor en las letras pretendo redoblar la fuerza expresiva de las palabras».

Este fue el reconocimiento más radical de las posibilidades del experimento tipográfico para alterar la comprensión del lenguaje que se había hecho hasta entonces en el nuevo siglo. Abrió el camino para que Marinetti y otros futuristas asaltaran metafóricamente la bandeja del compositor para lograr un mayor impacto en una serie de pequeñas publicaciones. El primer libro de Marinetti, Zang Tumb Tumb, publicado en 1914, fue un intento de transmitir la batalla de Trípoli en forma tipográfica. Fue particularmente duro con los experimentos paralelos del poeta francés Mallarmé, quien pretendía romper la sintaxis convencional del lenguaje poético, desestimando su obra como una «estética preciosista» y «estática».

La adopción comercial del futurismo se produjo en gran medida en la década de 1920, liderada por Fortunato Depero, quien creó portadas para la revista Vanity Fair y diseño publicitario para Campari, así como su propio y notable experimento tipográfico, el libro Depero Futurista (1927).


* Tomado de Jeremy Aynsley, A Century of Graphic Design, Graphic Design Pioneers of the 20th Century. Octopus Publishing, London 2004.
​Traducción libre.
Foto
En esta novela "explosiva", publicada en Milán en 1919, Marinetti, el líder de los futuristas, dividió su personalidad durante la Segunda Guerra Mundial en ocho almas diferentes, que se describen en ocho capítulos.
Portada de Marinetti para su libro 8 Anime in una Bomba, 1919

Foto
​Esta es una versión posterior del texto de Marinetti de 1919, "Palabras en libertad", encuadernado en hojalata para celebrar su entusiasmo por la tecnología. El diseñador, D'Albisola, fue más sistemático en la disposición del texto que Marinetti, pero aun así transmitió un entusiasmo por la «arquitectura tipográfica» con palabras superpuestas y dispuestas en diferentes direcciones.

Foto
​Depero se unió a los futuristas en Roma en 1914. Este notable libro, con tapa atornillada, sirvió como autorretrato, mostrando ejemplos de sus diseños. Depero empleó el dinamismo tipográfico del futurismo en anuncios, carteles y portadas de revistas, así como en manifiestos artísticos.

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.